Esto, que parece una cosa obvia, es precisamente una de las cosas en las que más se confía la gente. A veces por la excitación o bien por el despiste, nos olvidamos de comprobar las condiciones climáticas. Y tras una hora de viaje a la montaña, de pronto, nos damos cuenta de que está nublado y va a ser imposible ver absolutamente nada. Así que no está de más hacer una comprobación rápida antes de hacer nada.

Esperar el momento adecuado

Las oriónidas se ven en todo momento de la noche. De hecho, se ven desde el 7 de octubre hasta el 2 de noviembre ininterrumpidamente. Pero claro, para ver un número considerable de estrellas fugaces y aprovechar la experiencia hay que esperar al mejor momento. Ese no es otro que la noche del 21 de octubre bien entrada la madrugada. El momento en el que se podrán ver más estrellas fugaces será desde la medianoche hasta la salida del sol.

Mirar al sitio adecuado: Orión

Las oriónidas, como decíamos, tienen este nombre debido a que se suelen localizar en una posición delimitada por la constelación de Orión. Para localizarla sólo hay que buscar el conocido cinturón del «cazador», que además tienen un conjunto de estrellas formando la «vaina». Una vez localizado, la radiante, es decir, el punto principal desde el que «surgen» los meteoros se encuentra a la izquierda de la constelación. Mirar a la radiante nos ayudará a localizar la zona de mayor concentración. Si estamos en el hemisferio norte, la radiante se sitúa en la parte superior (cerca de uno de los hombros) mientras que en el hemisferio sur se situará a la izquierda de uno de los picos de la falda.

Nada de usar telescopios

Un consejo, especialmente si somos simples aficionados, es que no debemos usar ni telescopios ni otros aparatos para observar (prismáticos, catalejos o similares). Las oriónidas se observan a simple vista y son muy rápidas. Tratar de capturarlas con un artilugio así sólo conseguirá que nos las perdamos. Lo mejor es tumbarse y esperar con tranquilidad.

No es la única lluvia de estrellas

No, no lo es. En estas fechas también se está produciendo la lluvia de estrellas de las táuridas, que se aprecian bajo la constelación de Tauro. Aunque su máximo llegará en torno al 5 de noviembre. Esta lluvia es más lenta pero muy brillante, así que no es de extrañar encontrarnos con alguna estrella inesperada. Un poco más adelante, por cierto, podremos ver las gemínidas, en diciembre.

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