La nomofobia es un trastorno que surge en el siglo XXI y que deriva de los avances tecnológicos experimentados por el mundo de la comunicación. Se conoce con este término a la adicción al móvil, el temor o miedo a no estar en contacto de manera permanente con el smartphone.

Ese miedo irracional surge por la adicción al móvil y dejamos el teléfono en casa, se queda fuera de cobertura,  no tiene saldo o batería o es robado o estropeado. La posibilidad de ejecutar todo tipo de acciones: comunicarnos, jugar, informarnos, ver vídeos, escuchar música, hacer fotos, consultar redes sociales… en cualquier momento y en cualquier lugar, es lo que produce esa necesidad de tener siempre el teléfono activo.

¿Qué personas son las más afectadas por la nomofobia?

La nomofobia afecta especialmente a adolescentes y preadolescentes, jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 23 años con adicción al móvil. Se trata de nativos digitales que están continuamente hiperconectados.

Esa etapa es especialmente peligrosa porque los jóvenes buscan la aceptación de su grupo de amigos para formar parte de un grupo social. Las chicas, según apuntan muchos expertos, tienen un índice más alto de riesgo para sufrir nomofobia, pues los lazos emocionales que establecen las mujeres por teléfono son más fuertes.

Síntomas de la nomofobia

Esta afección no se considera aún una patología o un trastorno del comportamiento, pero la adicción al teléfono puede llevar al aislamiento social y concluir en consecuencias negativas como episodios de ansiedad, nerviosismo, taquicardias, dolores de cabeza y estómago, pensamientos obsesivos o ataques de pánico.

Una persona nomofóbica consulta constantemente su móvil, pierde horas de sueño para pasarlas en redes sociales, no se siente cómoda en lugares en los que no hay cobertura, no apaga el móvil en ningún momento y siempre está temerosa de quedarse sin batería.

¿Cómo poner freno a la adicción al móvil?

Un buen primer paso para saber si se padece un problema de este tipo es someterse a un test de adicción al móvil. En internet podemos encontrar portales de salud o de información muy confiables en los que proponen ejercicios para descubrir el nivel de dependencia.

Ser esclavos del móvil obliga, indudablemente, a reconocer la adicción. Solo a partir de ahí pueden introducirse fórmulas para atajar el problema. Los tratamientos más recomendables pasan por sesiones de psicoterapia cognitivo-conductual que consisten en tratamientos con profesionales en los que tanto el terapeuta como la persona adicta juegan papeles activos.

A su vez, hay que buscar nuevos estímulos fuera del tiempo en el móvil, como el deporte, la convivencia en familia o ejercicios en los que se invita al paciente a ser consciente de su realidad.

• Tengo el móvil siempre cerca.
• Reviso las notificaciones del teléfono constantemente.
• La batería me dura.
• El móvil es lo primero que miro al despertarme y lo último que miro antes de dormir.
• Miro el móvil también cuando estoy con amigos.
• Paso muchas horas revisando el teléfono y pierdo mucho tiempo.
• Utilizo el móvil solamente cuando es necesario para comunicarme.
• No hago las cosas que debería hacer porque me entretengo con el móvil.
• Me preocupa mucho que el dispositivo se quede sin batería.
• Estoy nervioso cuando no tengo el móvil, está sin batería o sin cobertura.

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