Puedes ser amante de la pólvora o tener miedo a los petardos, son dos realidades
La otra cara de las Fallas… ¿Miedo a los petardos? Es así, esta es otra realidad. Para los amantes de la pólvora es sencillo convivir con el sonido de los petardos. Para quienes no, existen otras alternativas para hacer con niños en Valencia y disfrutar de las Fallas desde otro punto de vista. E incluso escaparte de Valencia. Pero estos consejos para afrontar el miedo a los petardos te van a servir de gran ayuda.
La ansiedad por los petardos
Llega la primavera, el buen tiempo, el sol… Y si vives en Valencia ¡las Fallas! El olor a buñuelos, el ambiente, las luces, las flores y cómo no la pólvora que tanto caracteriza a nuestra ciudad. Para muchas familias la llegada de las fallas no es precisamente esa fiesta, sino que se convierte en un infierno para los pequeños de la casa, y para las mascotas, cuando de petardos y cohetes se trata.
Simplemente el hecho de tener que salir a la calle, produce tal ansiedad a los niños/as que este hecho se convierte en toda una odisea y no permite disfrutar de la fiesta.
Tener miedo es totalmente normal. Es una etapa evolutiva en los niños/as, pero en ocasiones puede sobrepasar ciertos límites. Si tu hijo realmente sufre ante esta situación y su malestar lo proyecta al resto de la familia, entonces es cuando hay que tomar medidas para no desencadenar en una fobia en un futuro.
Consejos para combatir el miedo a los petardos
Para saber cuál es el desencadenante de este miedo habría que valorar cuáles son los precedentes a la situación y prevenir. Por ejemplo: si hay costumbre de chillar al pequeño en casa, si se ve la televisión o cualquier otro dispositivo en un volumen muy alto, si se dan portazos, si hay ruidos relacionados con el tráfico, motos, coches… Cualquier cosa puede desencadenar en estos miedos.
Cuando los hijos tienen miedo a los petardos, puede ser desafiante para los padres ayudarlos a manejar esa ansiedad. Aquí tienes algunos consejos para apoyar a tus hijos durante las festividades o eventos que involucren el uso de petardos:
- Escucha y valida sus sentimientos: Asegúrate de escuchar con empatía y comprensión cuando tu hijo exprese sus miedos. Valida sus sentimientos y háblales con calma para tranquilizarlos.
- Proporciona información: Explícales cómo funcionan los petardos y por qué se usan en las festividades. Proporcionarles información puede ayudarles a comprender mejor lo que está sucediendo y disminuir su ansiedad.
- Crea un ambiente seguro en casa: Durante las festividades, asegúrate de que tu hogar sea un lugar seguro y tranquilo. Puedes crear un espacio tranquilo en su habitación con sus juguetes favoritos o una película reconfortante.
- Distrae y mantén ocupado: Proporciona actividades divertidas y distracciones durante los momentos en que se usan petardos. Juegos, manualidades o actividades al aire libre pueden ayudar a desviar la atención del ruido y reducir la ansiedad.
- Exposición gradual: Si es posible, expón gradualmente a tu hijo a los sonidos de los petardos. Comienza con sonidos suaves y aumenta la exposición gradualmente a medida que se sienta más cómodo.
- Enseña técnicas de relajación: Enseña a tu hijo técnicas de respiración profunda, como respirar lenta y profundamente desde el abdomen, para ayudarlo a relajarse cuando sienta miedo.
- Evita forzar la exposición: No fuerces a tu hijo a enfrentar sus miedos si no se siente cómodo. Respeta su ritmo y sé paciente mientras trabaja para superar su miedo.
- Busca apoyo profesional si es necesario: Si el miedo persiste o interfiere significativamente con la vida diaria de tu hijo, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental especializado en tratar la ansiedad infantil.
Al seguir estos consejos y ofrecer apoyo amoroso y comprensivo, puedes ayudar a tu hijo a superar su miedo a los petardos y a sentirse más seguro durante las festividades.
Acudir al otorrino
En primer lugar, sería conveniente hacer una visita al otorrino, para descartar que exista un problema auditivo. Bien podría ser una hiperacusia, que consiste en una hipersensibilidad auditiva que provoca que determinados sonidos, como el del viento o el de un papel que se arruga, se tornen insoportables.
Según el grado de sensibilidad y el ambiente en el que se mueve la persona, la alteración puede trastocar enormemente la vida diaria.
Actuaciones de los padres
Si se ha descartado un problema auditivo, nos centraremos en pensar que pueden ser miedos normales, comunes en la etapa evolutiva del niño/a. Sería conveniente tener en cuenta una serie de actuaciones para tratar de disminuir o erradicar dichos miedos.
Es importante que los padres estén tranquilos y serenos ante dicha situación y transmitirle esa tranquilidad al niño/a para que se sientan seguros. Se pueden decir cosas tales como: Cariño, a mi también me dan mucho susuto cuando los oígo, y estate tranquilo. Sé cómo te sientes y no voy a dejar que te pase nada, mamá o papá está aquí… Tenemos que estar ahí hasta que el niño se tranquilice y el nivel de ansiedad baje. En definitiva, no debemos darle tanta importancia a lo que está sucediendo y mostrarle nuestra comprensión.
Si deseamos asistir a un evento en el cual se van a tirar petardos, como la mascletá, debemos ir preparando al niño/a unos días antes del acontecimiento. Incluso podríamos utilizar medidas físicas para minimizar el ruido, como por ejemplo, unas orejeras o unos auriculares con la música favorita del niño/a, si este es mayor.
También se puede jugar en casa a juegos sobre petardos o fuegos artificiales. Por ejemplo, el papá es el que hará los ruidos que simularán una mascletà aludiendo a frases del tipo: shhhh Pim Pam pam Racatacataca Pummm y así el niño entenderá que es una música diferente. Incluso se puede realizar algunas técnicas de relajación previas a la salida a la calle.
También podemos celebrar sus avances y reforzar sus actitudes positivas. Conseguiremos mejorar su seguridad y su autoestima, que son dos puntos clave para superar el miedo.
Con estos consejos no tratamos de conseguir que al niño/a le gusten los petardos, no pretendemos inculcarle ningún tipo de fiesta ni tradición. Lo que se pretende es conseguir estabilizar unos comportamientos que a priori no son negativos pero que en un futuro pueden derivar en una fobia mayor.
Si observamos que estas medidas no son suficientes, se debería replantear la idea de poder acudir a un especialista por descartar algún bloqueo emocional de cualquier otra índole.
Disfrutar de las fallas y ya sabéis… cualquier miedo es posible vencerlo.
Eva Gabaldón Sáez
Pedagoga y directora de la red de Centros Psicopedagógicos Gabaldón
Nº colegiada 432