Los síntomas son claros: lloros, gritos incontrolados, rabietas en el suelo y, en ocasiones, algún que otro golpe.
Las causas de las rabietas, casi siempre coinciden: la frustración por no poder conseguir lo que quieren, cansancio o porque algo no les salga como esperaban. Y el resultado: una actitud que puede hacer perder los nervios a muchos padres, especialmente si la escenita se produce en un espacio público.
¿Os suenan este tipo de situaciones?
Si es así, en Agendadeisa.com queremos ayudarte para dar con la solución a este problema, cada vez más presente en las familias. El mejor antídoto será siempre corregir estos comportamientos lo antes posible para evitar que los enfados se conviertan en un arma en manos de los niños para lograr todo lo que se proponen.
Las rabietas son una de las situaciones más difíciles de gestionar para padres y madres. Enfado, impaciencia, o simplemente una llamada de atención, comportamientos más o menos habituales en la infancia, y que tenemos que saber gestionar para evitar que se alarguen en el tiempo.
En este post vamos a descubrir cómo ser una ‘supernanny’ y lograr que vuestros peques abandonen estas rabietas que, por otro lado, no son algo fuera de lo normal. En la mayoría de los casos estas situaciones empiezan a darse a partir de los 2 años cuando los niños se enfadan por no conseguir lo que desean.
Como advierten la mayoría de psicólogos, la comunicación con los hijos es lo más importante. Es fundamental que los padres hagan entender al niño que tiene derecho a enfadarse pero que los gritos y las pataletas no son la forma adecuada de demostrarlo, ni tampoco de conseguir lo que quiere.
Es importante también que una vez termine el berrinche se les haga entender que hay otras formas de pedir las cosas y si en otra ocasión recurren al diálogo en vez de optar por la rabieta, por supuesto felicitar y reforzar esa actitud en el niño.
Un pilar fundamental es el trabajo en equipo. Es importante no ceder, la madre y el padre deben actuar en la misma línea y tener paciencia para que el pequeño se dé cuenta de que no consigue nada con la rabieta.
Consejos de la mayoría de expertos
Desde Agendadeisa.com sabemos que no es fácil para los padres controlar este tipo de situaciones, pero os animamos a que toméis nota de estos cuatro consejos imprescindibles, en los que coinciden la mayoría de expertos:
- Ante una rabieta, tanto el padre como la madre deben responder por igual. Si uno cede, las estrategias no resultan efectivas y el niño será consciente de que uno de los dos tiene mayor facilidad para ceder.
- Es preciso mantener la calma y no enfadarse y gritar. De ese modo, solo conseguimos que el niño vea que los padres emulan su actitud. Los padres no deben tomarse la rabieta como algo personal, esto sólo genera en los padres mayor frustración.
- Disculparse con las personas a quienes el niño molesta con su rabieta y hacer todo lo posible para que estas molestias se minimicen.
- No avergonzarlos con frases como «Te está mirando todo el mundo» o compararlos con otros niños «Mira que bien se porta esa niña de la otra mesa»
- Si se les está negando algo, es importante explicarles el porqué. No siempre va a conseguir calmar su frustración pero en ocasiones puede hacerles entender la situación.
- Reforzar las actitudes positivas y premiar con gestos de cariño cuando el niño evite por sí solo las rabietas ante una frustración.
¡Desde Agendadeisa.com os mandamos grandes dosis de paciencia para todos aquellos padres y madres que están pasando por esta época de rabietas y enfados con sus hijos!