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Entrevista a Guadalupe Ferrer, Directora de Casa Caridad

Casa Caridad

Entrevista a Guadalupe Ferrer, Directora de Casa Caridad

Guadalupe Ferrer, Directora-Gerente de Casa Caridad, nos responde a unas preguntas sobre esta pionera institución en dar respuesta a las necesidades de los más desfavorecidos.

Para entrar en contexto, nos gustaría que nos contaras cómo empezó Casa Caridad

Casa Caridad fue fundada en 1906 por José Sanchís Bergón, médico valenciano y alcalde entre 1906-1907, con el objetivo de erradicar la mendicidad de las calles de València. La conflictividad social, huelgas, revueltas y hambruna que caracterizó la primera mitad del siglo XX, fue el contexto que propició la puesta en marcha de la Asociación, que comenzó ofreciendo alimento en el Asilo Municipal. En 1909 se inauguró la sede de Pechina por el rey Alfonso XIII, y en 1934 el primer albergue.

La ONG ha ido adaptándose a las necesidades de cada contexto histórico y social. Así, desde el comedor social que dio origen a la institución, los recursos que ofrece han ido evolucionando hasta brindar una atención completa a los colectivos más vulnerables. Hoy en día ofrece una atención profesionalizada que da respuesta a las necesidades de cada usuario con el fin de reintegrarlos como parte activa de la sociedad.

Desde tu llegada a la Asociación Valenciana de Caridad hasta la actualidad casi han pasado dos décadas. ¿Cuáles son los servicios más demandados? 

Uno de los puntos fuertes de la Asociación nos lo ha dado nuestros 113 años de experiencia y profesionalidad, lo que nos ha permitido ver las necesidades de nuestros usuarios y adaptarnos a la realidad social. Desde cubrir los derechos más básicos como el alimento, un techo o la higiene, a otros que pasan por programas de búsqueda de empleo, vivienda, formación o programas de recuperación personal. Gracias todos ellos a la labor de nuestros trabajadores y voluntarios. De hecho, quiero destacar que todos nuestros usuarios lo primero que reciben es una entrevista con un trabajador social. El objetivo es conocer sus necesidades y trazar un plan individualizado acorde a ellos.

El comedor social sigue siendo el servicio más demandado por el número de personas y las raciones de alimento que repartimos. Este año, hay días que sobrepasamos las 350 personas que acuden al comedor de Pechina. También es destacable el servicio de albergue, con 70 plazas en Pechina, y 32 para convalecientes y 34 para familias en el multicentro de Benicalap. Es otro servicio donde las plazas están cubiertas prácticamente al 100% todos los meses del año. Este Albergue para personas sin hogar convalecientes es un recurso único y pionero en España.

Y es fundamental la labor que desarrollamos desde nuestras escuelas infantiles en Pechina, Benicalap y Torrent. Ofrecemos educación gratuita a  más de 150 niños entre 1 y 3 años que además nos permite interactuar con sus familias a través de diferentes programas, que tienen gran demanda por parte de los usuarios.

Que haya tanta gente necesitando los recursos de nuestra Asociación, o cualquier otra ONG, son datos preocupantes y que nos tiene que hacer reflexionar que algo no estamos haciendo bien como sociedad. 

 

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¿Y cuáles son los más novedosos? ¿Para quiénes están desarrollados? 

Cada año nuestros trabajadores y voluntarios desarrollan nuevos talleres y actividades para adecuar las necesidades a las demandas sociales. Intentamos renovar y actualizar nuestra cartera de programas. Una de las novedades a destacar que pusimos en 2018 ha sido el proyecto Fénix. Una vivienda supervisada en la que conviven cuatro usuarios que han pasado con anterioridad por otros recursos de la ONG. Son personas que se encuentran en su última fase de reinserción.

Su convivencia en esta vivienda colabora a la normalización de su situación, les permite estrechar lazos con la comunidad, reforzar su autonomía y encauzarse en la búsqueda de empleo que permita su total independencia. Es la pista de despegue para que estas personas se reintegren plenamente en la sociedad. Nuestra intención es ampliar este tipo de recurso porque creemos que es un paso clave para que muchas personas puedan ganar en confianza e independencia para iniciar una nueva vida.

¿Cómo se puede acceder a ellos?

En el caso del proyecto Fénix, está pensado para personas con las que ya llevamos trabajando tiempo, son quizás el perfil más cronificado dentro de las personas sin hogar. Nuestra Asociación está abierta a todas las personas en situación de riesgo de exclusión social o vulnerabilidad que necesiten alguno de nuestros servicio. Como te digo, estos servicios pueden ir desde el comedor, a acudir a nuestro Centro de Día para recuperar habilidades sociales.

Casa Caridad ha registrado la cifra de atenciones más alta en los últimos cuatro años. ¿Cuál es vuestra lectura al respecto? 

De preocupación, porque si estamos en una situación de relativa mejoría económica y cada vez, en nuestro caso, vemos que más gente necesita de nuestros servicios es que algo como sociedad no estamos haciendo bien. Es un problema global que necesita de soluciones globales. En estos últimos meses hemos visto un repunte de las personas que acuden a Casa Caridad. Por un lado, el número de españoles sigue creciendo porque en gran parte son parados de larga duración que aunque cobren alguna ayuda social no les llega para sobrevivir en condiciones dignas hasta final de mes. Además, muchos de ellos arrastran problemas de adicciones o de desafectación social que les hace ser invisible ante el resto de la sociedad.

Por otro lado, es destacable el aumento de personas extranjeras. Junto a un perfil más tradicional que es el procedente de países subsaharianos, ha habido un repunte muy importante de personas en situación de protección internacional que provienen de países del Este de Europa y de Latinoamérica. Este aumento de extranjeros viene motivado en gran parte por políticas de externalización y blindaje de fronteras que han provocado un cambio en los movimientos migratorios.

Este primer trimestre del año sigue esta tendencia al alza, y por ello, creo que hace falta un gran pacto por la justicia social para darles soluciones a estas personas. Porque hoy en día siguen faltando recursos y hay muchas carencias hacia colectivos como los jóvenes o las familias en situación de vulnerabilidad.

 

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Gracias a vuestra labor y a vuestras estadísticas podemos ser más conscientes de la pobreza real de la ciudad de Valencia, ¿de qué manera se puede colaborar?

Estamos agradecidos a los valencianos por su implicación con CASA CARIDAD, y las cifras nos demuestran que seguimos necesitando contar con más gente, empresas e instituciones que nos apoyen porque abrir nuestras puertas cada día cuesta más de 13.000 euros al día.

El 70% de nuestros ingresos proviene de iniciativa privada: socios, empresas; donativos, herencia, legados o subvenciones privadas. Seguimos necesitando aumentar estas contribuciones, de personas privadas pero también de empresas. Actualmente, nuestro programa Empresas con Valor cuenta con el apoyo de 153 firmas. Una cifra que creemos todavía insuficiente por lo que seguimos haciendo un llamamiento para que nos apoyen para conseguir nuestro objetivo de 365 empresas con valor. Es muy fácil colaborar con nosotros, lo pueden hacer directamente a través de nuestra web o en el teléfono 96 391 17 26.

Respecto a las administraciones, el 30 % de los ingresos totales de Casa Caridad procedieron de fuentes públicas. Destaca la aportación del ayuntamiento de València, frente al descenso de las ayudas que recibimos de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas.

Somos conscientes que cada vez hay más entidades del tercer sector, y creemos que las ayudas publicas tienen que ir destinadas sobre todo a aquellas entidades como Casa Caridad. Es decir, entidades que han mostrado su solvencia, trasparencia, eficacia y eficiencia con los más necesitados.

Habéis lanzado la campaña #votacontralapobreza para hacer un llamamiento a la solidaridad social… ¿Cómo podemos participar? ¿Somos una sociedad implicada en conseguir un cambio?

Es una iniciativa con la que queremos hacer un llamamiento a la sociedad civil -particulares, empresarios y políticos- sobre la situación de las personas en riesgo de exclusión. También queremos reflejar el deber de seguir aportando recursos y soluciones para dar una nueva oportunidad a las personas en riesgo de exclusión. 2018 ha sido un año donde hemos aumentado todas las actuaciones en Casa Caridad. Por ello, es necesario que pongamos el foco en el aumento de personas necesitadas que precisan de una atención para salir de esta situación de vulnerabilidad.

Hemos aprovechado los dos periodos electorales para que los políticos no se olviden de estas personas. También para visibilizar que hay cientos de personas que ponen su granito para erradicar esta situación.

Hay mucha gente que es consciente de este problema, pero también es verdad que una gran mayoría sigue mirando hacia otro lado. Nosotros trabajamos con personas que por diferentes circunstancias se han visto abocadas a esta situación, no ha sido una elección de ellos. Tenemos que hacer ver, como sociedad, que este problema es real, que mañana nos puede pasar a nosotros, y que no nos gustaría encontrarnos en esta situación sin que nadie nos ayude. En Casa Caridad, tenemos casos de gente que en su momento tenia un trabajo, o una empresa, una familia, y que de repente se ha encontrado sin nada, solos, sin recursos y en la calle.

 

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