¿Cómo me siento? Identifica tus emociones
Desde bebés, nuestros hijos hacen uso de las emociones para pedir lo que quieren, mostrar su desacuerdo o cubrir sus necesidades. Pero lo hacen de una manera inconsciente, sin darse cuenta. Con la sociabilización se complica, los niños interactúan en el parque con otros niños, las situaciones les hacen sentir tristes, contentos, decepcionados… pero ¿saben nuestros pequeños porqué se sienten así, qué es realmente lo que sienten y saben expresarlo de una manera adecuada? si no le enseñamos a identificar las emociones y a cómo utilizarlas correctamente, no crecerán en Inteligencia Emocional.
Aprender a identificar las emociones para crecer en Inteligencia emocional
¿Qué es Inteligencia Emocional? un término muy usado en los últimos años para nombrar la utilización adecuada de las emociones.
El entorno familiar es el lugar donde mejor podemos empezar a trabajar la Inteligencia Emocional desde edades tempranas. En casa, los pequeños se sienten protegidos, queridos y escuchados. El amor incondicional de sus padres permite que los niños se sientan aceptados y por tanto, facilita el aprendizaje natural de las emociones.
Una manera sencilla de empezar a educar en emociones, es poniéndonos de ejemplo. ¿Cómo me siento? Los papás somos personas que se sienten enfadados cuando no recogen sus juguetes, felices cuando se están divirtiendo o preocupados si los peques se ponen malitos. Si expresamos emociones cuando estamos con ellos, y se las comunicamos correctamente, nuestros hijos empezarán a identificarlas y aprenderán que expresarlas es habitual y necesario. Aprenderán a preocuparse por lo que le pasa a otro miembro de la familiar y cuando salga de casa, lo hará con sus amigos, sus abuelos o con el profe. Los niños aprenden muchas cosas por imitación y esta es la manera más directa para que aprendan a conocer y expresar sentimientos, a través de nosotros los padres.
Cómo descubrimos las emociones en familia
Además, hay otras maneras muy divertidas para aprender a descubrir cómo me siento y cómo se sienten los demás y que podemos organizar en casa.
- Les proponemos pequeñas historias que pueden haber vivido nuestros hijos en el patio, en el parque, con otros miembros de la familia para que nos cuenten cómo se sienten los personajes de las historias y luego trasladamos esas emociones a su día a día. A través de las historias, los niños se distancian de las emociones y les resulta más fácil hablar de ellas.
- Jugamos a dibujar caras que representan emociones. El otro equipo las identifica y se abre un pequeño debate sobre lo que saben de cada emoción.
- A través de cuentos con diferentes personajes. Cada miembro de la familia interpreta a un personaje del cuento y dice cómo se siente en la historia.
- A través de películas infantiles. Las vemos en familia y vamos preguntando a los pequeños cómo creen que se sienten los personajes.
- Haciendo pequeñas obras de teatro en familia. Cada uno interpreta una emoción y los demás deben actuar a partir de esa emoción.
Identificar las emociones en nosotros mismos y en los demás permite que el pequeño crezca conociéndose mejor a sí mismo y esté más atento a la comunicación verbal y no verbal de su compañero y cómo se siente. Aprenden a empatizar.
Estos son los primeros pasos para conseguir que nuestros hijos evolucionen en Inteligencia Emocional. A partir de aquí, trabajaremos con ellos a controlar sus emociones, a cómo utilizarlas según el contexto y cómo orientarlas hacia sus propias metas.
Artículo de Gracia Vinagre
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